En la actualidad hay tanta información por diferentes medios sobre cómo educar a nuestros hijos que a la final nos agobia el hecho de no poder diferenciar qué es lo que está correcto hacer y no sentirnos culpables cuando llegamos a un momento de estrés que no nos podemos controlar, y es entendible, porque una cosa es lo que nos dice los pediatras, otras los psicólogos y otra la información que encontramos en internet sobre la crianza con respeto, con amor y lo más importante sin violencia.
Muchas veces me sentí así y cuando tuve mi primer hijo sabía que lo quería educar con respeto, pero que él entendiera que estaba dentro de una sociedad con normas que tenía que respetar y que fuera un niño de bien pero lo más importante también para mi es que fuera un niño feliz.
En este aprendizaje entre libros, vídeos y consejos de familiares que muchas veces ni siquiera pedía, y que muchos de ellos lo que hacían era hacerme sentir que tal vez estaba siendo una mala mamá o una persona que sencillamente su hijo se le había salido de las manos, cuando ni siquiera hablaba mi pequeño. Y es en este punto nos agobiamos y nos dejamos llevar por estos consejos ya del pasado que aunque en nuestra mente podemos saber que hay muchos estudios que demuestra que son perjudiciales para nuestros hijos nos da miedo que se vuelva personas vulnerables o que simplemente sea personas a futuro problemáticas, nos dejamos llevar por consejos muy populares de nuestras familias como una palmadita a tiempo no hace daño o déjelo llorar que así no se acostumbra a los brazos, entre muchos otros. Y es muy entendible que lo lleguemos a practicar pero aun así existe la culpa de no poder educar de otra forma de una forma más sana para ambos.
Pero nadie nos habla de las consecuencias que genera esto para nuestros hijos o incluso para la mamá que está dando lo mejor por ellos, por que es muy fácil que unos nos digan déjalo llorar que no le hace daño y que al mismo tiempo los psicólogos o los libros de crianza nos diga lo contrario y que no se deben dejar llorar.
Pero nadie nos enseña la forma correcta de ¿ De qué hacer? En este blog te hablaré de mi experiencia y lo que he aprendido con mi primer hijo.
Para comenzar hablando de este tema sobre este tipo de consejos iniciemos con el de dejarlos llorar ¿Que tan cierto es? la verdad ambas partes tienen razón solo que ninguno nos explica la forma correcta ni la situación correcta.
La verdad es que nosotros como padres tenemos la responsabilidad de cuidar el bienestar de nuestros hijos, es por ello, que dejarlos llorar cuando ellos nos necesitan lo que hacemos es provocar miedos e inseguridades en nuestros peques e incluso que más adelante en su adolescencia tengan inconscientemente carencia de amor. Por esta razón es importante a aprender a conocer a nuestros hijos, porque si nos necesitan deben contar con nuestro apoyo pero también desde bebés tienen que ir entendiendo que mamá y papá tiene diferentes tareas que hacer y se lo tenemos que explicar con mucho amor pero con firmeza, y es aquí donde se complica la situación, ya que habrá momentos que necesiten cariño, cuidados básicos que cualquier bebe o niño necesita o simplemente te quiera tener todo el tiempo y es natural que pase, y es ahí justamente cuando tienes que hablarle y explicar los labores que tienes que hacer, ya sea que estés con él en casa o que tengas que salir.
Otro punto importante es saber comprender cuando llegan a una etapa donde están experimentando cambios y su manera de expresarse es por medio de rabietas que aunque no se la debemos justificar tampoco se la podemos evitar o intentar calmar, en esta situación es crucial mantener la calma y explicarles lo sucedido, por lo que sí es importante dejarlos llorar y no complacerlos con un debido acompañamiento sin que lleguen a sentir que le funciona la pataleta o la manera explosiva que están manejando la emoción.
Como madre conozco que muchas veces estar tranquilos como padres es un poco difícil, es por esto que en este artículo te hablaré de diferentes actividades que te ayudarán a mantener a tus hijos entretenidos mientras desarrollan su etapa de niños mientras te dan tiempo para hacer tus cosas durante tu cuidado.